Alemania pone fin a la deportación de refugiados sin derecho de asilo

El gobierno alemán ha aprobado hoy un proyecto de ley para dar una perspectiva de permanencia a largo plazo a miles de extranjeros que llevan años viviendo en el país sin permiso de residencia. La medida afectará fundamentalmente a personas que no disponen de permiso de residencia para permanecer en el país, a las que no se deporta por razones administrativas o humanitarias, conocidas popularmente como ‘Geduldete’ (tolerados). «Se trata de un cambio de perspectiva en la política migratoria , queremos que las personas bien integradas en Alemania tengan verdaderas oportunidades aquí», ha justificado la ministra de Interior, Nancy Faeser. Todo el que demuestre durante un año que es capaz de mantenerse por su cuenta y no cometer delitos obtendrá permiso de residencia. La reforma facilitará también la concesión de visados a los familiares de profesionales cualificados procedentes de países fuera de la UE que trabajen en Alemania, que podrán también residir en el país son tener que demostrar conocimientos del idioma alemán como hasta ahora. «Para unas 135.000 personas, este es el puente hacia una vida mejor en Alemania, para que haya más humanidad en lugar de desconfianza en el derecho de residencia», ha justificado el comisionado del ejecutivo para Migraciones, refugiados e integración, Reem Alabali-Radovan, que ha aclarado además que la regulación prevista se aplicará a las personas que hayan residido en Alemania durante al menos cinco años hasta la fecha límite del 1 de enero de 2022, que se declaren partidarios del orden democrático y las libertades ciudadanas y estén bien integrados en la sociedad. Se trata de un considerable ablandamiento de la política migratoria que responde a los pactos previos a la formación del gobierno de «coalición semáforo», en la que el socialdemócrata Olaf Shcholz gobierna en sociedad con verdes y liberales (FDP) , pone fin a la deportación automática de personas cuya solicitud de estatus de refugiado ha sido rechazada. Los solicitantes de asilo rechazados podrán permanecer en Alemania de forma permanente si cumplen ciertas condiciones. Al mismo tiempo, se extiende el periodo de espera de la deportación de tres a seis meses para quienes hayan realizado declaraciones falsas de forma reiterada o hayan engañado sobre su identidad para evitar su expulsión. Los delincuentes condenados seguirán teniendo que marcharse , pero se establece la excepción para los casos de delitos menores. Esta prórroga tiene como objetivo oficial dar más tiempo a las autoridades para preparar la deportación, así como para esclarecer la identidad, obtener los papeles faltantes y organizar una avioneta en el avión. El proyecto también prevé el mantenimiento de la normativa sobre inmigración de trabajadores cualificados, así como facilidades para la reunificación familiar. Además, más personas tendrán acceso a cursos de idiomas e integración. Antes de fin de año, el gobierno de Berlín introducirá un segundo paquete de medidas migratorias. La situación de muchos de los llamados tolerados es complicada: su solicitud de asilo fue rechazada, por lo que tendrían que abandonar el país voluntariamente o ser deportados. Las razones por las que hasta ahora esto no sucedía era que están enfermos, amenazados con violencia o muerte en su país de origen, no tenían documentos que prueben su origen, o los procedimientos judiciales aún están pendientes. Más de 200.000 personas viven en estas condiciones en Alemania , alrededor de 100.000 ya durante más de cinco años. La conservadora CDU/CSU advierte sobre varios puntos controvertidos de la reforma. El ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, considera que el proyecto es «peligroso» porque crea un incentivo para «una mayor inmigración ilegal a Alemania». «Estamos creando incentivos adicionales para la inmigración ilegal a Alemania en un tiempo asolado por la crisis», ha dicho también Alexander Throm, el portavoz de política interna de la facción de la CDU, «es una desviación del principio de ordenar, controlar y limitar la migración y, en lugar de hacer campaña por una línea europea común sobre migración, Alemania está tomando un camino especial hacia el aislamiento con este proyecto». «El derecho a permanecer para las personas sin un motivo de asilo envía una señal completamente equivocada y, en consecuencia, recompensa la inmigración ilegal», insiste Throm, «es una invitación abierta a todas las personas para que vengan a Alemania con el pretexto de solicitar asilo y quedarse de forma permanente».