En medio de una profunda crisis económica, los peores registros de violaciones de derechos humanos por parte del régimen en décadas y justo cuando trece de los más de mil presos políticos realizan una huelga de hambre exigiendo su libertad, llegó ayer a La Habana el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell . Sin embargo, su primera comparecencia pública fue para reunirse con una representación de actores económicos cubanos. En el evento participaron varios diplomáticos europeos, incluyendo al embajador de España, Ángel Martín. Borrell habló de negocios, emprendimiento y de promoción de reformas económicas en Cuba: «La Unión Europea es el primer inversor en Cuba. Cuenten con nuestro apoyo», dijo. Asimismo, mencionó el supuesto bloqueo norteamericano como causante de la crisis económica, pero obviando que Estados Unidos es igualmente un socio comercial de la isla: en 2022, Cuba compró a EE.UU. productos por un valor de más de 370 millones de dólares. Borrell, en su encuentro con empresarios cubanos, este jueves EFE Por su parte, Juan Garay, jefe de Cooperación Europea en Cuba, afirmó que en los últimos 6 años se ha triplicado la cooperación entre la UE y Cuba, pero ésta «apenas comienza» y «estamos preparando nuevos convenios de financiación con el Gobierno». Sin preguntas La visita del jefe de la diplomacia europea, que se extenderá hasta mañana, incluye su participación en el III Consejo Conjunto Unión Europea-Cuba, en el que, al finalizar, hará declaraciones a la prensa pero sin espacio a preguntas. El resto del cronograma consiste en la presentación de un libro sobre la presencia europea en Cuba y un recorrido por La Habana colonial. Pese a los reclamos de activistas y ONGs, Borrell no se reunirá con la sociedad civil independiente ni con víctimas del régimen cubano, incluso se muestra reacio a aceptar preguntas y cuestionamientos de la prensa. Poco o nada pueden esperar de esta visita los cubanos que ansían libertad . Su presencia en lugares afines al régimen y su discurso evidencian que sus intereses en La Habana son básicamente promover negocios, y no la promoción de los derechos humanos, pese a ser este un factor clave del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, suscrito en 2016, y a pesar de haberse agravado la situación de derechos humanos en la isla desde entonces.