La noche del 9 de noviembre de 1989, mientras los berlineses del este se encaminaban en masa a cruzar por primera vez las incipientes brechas abiertas en el Muro, en la sede de la Stasi, la temida policía política de la RDA, comenzó una frenética actividad de destrucción de documentos. Se trituraron decenas de miles de carpetas durante varios días, hasta que ciudadanos alertados por las enormes fogatas en el patio tomaron pacíficamente el edificio y permanecieron allí acampados hasta el traspaso de competencias. A pesar de la pérdida de documentación sobre el sistemático sistema de vigilancia y opresión comunista, quedaron como testimonio de sus crímenes 110 kilómetros de documentos, si los pusiéramos uno detrás de otro, custodiados hoy en… Ver Más