Coronavirus: Así debes lavarte las manos para evitar infecciones

Protegerse con una mascarilla sirve de poco si no mantenemos una correcta higiene de manos. Lavarse las manos es un gesto sencillo que nos protege del
coronavirus
y de otras 200 enfermedades, desde infecciones respiratorias como gripe común y gripe A, neumonía, tosferina y bronquiolitis, hasta enfermedades de transmisión feco-oral como cólera, diarrea y hepatitis A y E, así como gastroenteritis, gastritis, neumococo, enfermedad mano-pie-boca, lombrices intestinales, entre otras muchas.

Para que el lavado de manos sea eficaz hay que tomarse el tiempo adecuado, unos 40-60 segundos en total, sin minimizar u olvidar ninguna de sus 5 fases: mojado de manos, enjabonado, frotado, aclarado y secado. Así, un correcto lavado de manos implica siempre la utilización de agua a cualquier temperatura y de jabón o de solución jabonosa (gel) y el frotado a conciencia de ambos lados de las manos (exterior y palmas), de dedos, espacio entre los dedos y debajo de las uñas durante al menos 20 segundos, procediendo luego al aclarado completo que arrastre toda la suciedad.

El secado en el ámbito doméstico puede realizarse con toalla de tela cambiándola con frecuencia en función del uso y de las personas que la utilicen. Cuando hay enfermos, las toallas deberían ser individuales, así como en el caso de niños muy pequeños o ancianos. Fuera de casa, es preferible secarse con papel y aprovecharlo para cerrar el grifo.

El gel hidroalcóholico u otros sistemas, como las toallitas con solución jabonosa, son una alternativa cuando no hay acceso a jabón, agua o lavabos.

Hay siete situaciones en las que lavarse las manos debería ser de obligado cumplimiento: tras ir al cuarto de baño o cambiar pañales, antes de comer, tras tocar animales, recoger sus heces o limpiarles; al cocinar o manipular alimentos, tras tocar tierra, antes de tocar un recién nacido, un anciano o un enfermo, tras viajar en trasporte público.