Dos veces víctima: el asesinato de una inmigrante venezolana

El instinto materno ya le hizo pensar a Julia Martínez que algo no estaba bien con su hija el mismo día en que dejó de contestar mensajes en el teléfono. Era 22 de diciembre de 2023, entrada la noche, Julia y su hija mayor, Julieta, se estuvieron escribiendo todo el día. Ya quedaba poco para el reencuentro, después de tres años. La madre esperaba en su casa de Puerto Ordaz, en el oriente venezolano . La hija estaba 1.500 kilómetros al sur; el día anterior había llegado en bicicleta a la localidad de Presidente Figueiredo, estado de Roraima, en la Amazonia brasileña. «Al ver que mis últimos mensajes ni siquiera le llegaron al teléfono, me preocupé, me dije que tal… Ver Más