«Siempre múltiples, siempre grupos, familias enteras… Muchas veces son los propios padres quienes depositan a sus hijos heridos en las camillas para heridos críticos, o los hermanos, o los tíos. Y ves a estos hombres… echarse al suelo, llorar, retorcerse en el suelo gritando y llorando». A Raúl Incertis le duele descansar cuando sus compañeros no paran de atender heridos, pero después de dos meses de trabajo extremo en Gaza, sabe que debe parar, desconectar un rato cada día para no desfallecer. Este anestesista valenciano de 42 años tenía una cuenta personal pendiente con la Franja, donde le sorprendió el ataque de Hamás del 7 de octubre . Entonces formaba parte del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) y fue… Ver Más