El Pentágono no dio más detalles sobre el contenido de la conversación, la primera desde el 18 de febrero, seis días antes de que las fuerzas rusas invadieran Ucrania. La llamada se produjo en momentos en que se combate en el este y el sur de Ucrania, y el Pentágono sostiene que Rusia lleva semanas de retraso en los objetivos establecidos en su plan de guerra.
Beligerancia del Kremlin
Pero Moscú no ha mostrado indicios de retroceder y la Inteligencia occidental cree que quiere tomar el control de una amplia franja del sur de Ucrania
que se extiende a lo largo del Mar Negro hasta Moldavia. La conversación también tuvo lugar cuando Finlandia y Suecia expresaron su deseo de adherir a la OTAN, una consecuencia directa del ataque de Rusia a Ucrania, que no forma parte de la alianza atlántica.
Poco después, el Pentágono comunicó que la conversación no había logrado resolver «ningún problema grave». «La llamada en sí no resolvió ningún problema grave ni condujo a cambios directos en lo que hacen o dicen los rusos», declaró a los periodistas un alto funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos.