La revista ‘Time’, aficionada a hacer rakings de las personas más influyentes del año, eligió a Elise Stefanik (Nueva York, 1984) como una de esas personalidades para Estados Unidos. Desconocida a nivel internacional pero muy considerada dentro del Partido Republicano, es la mujer con mayor rango dentro del Partido en la Cámara de Representantes Sonaba para vicepresidenta, pero finalmente Donald Trump, que va anunciando cada día quién formará parte de su Gobierno, la ha nombrado embajadora ante las Naciones Unidas, organización que la republicana calificó de «antisemita». Un puesto relevante, sobre todo en la situación geopolítica actual, con dos guerras en proceso: Ucrania y Gaza. «Me siento honrado de nominar a Elise Stefanik para que sirva en mi gabinete como embajadora de EE. UU. ante las Naciones Unidas. Elise es una luchadora increíblemente fuerte , dura e inteligente que defiende a América primero», dijo Trump al ‘New York Post’. «Me siento verdaderamente honrada de ser nominada por el presidente Trump para servir en su gabinete como embajadora de EE. UU. ante las Naciones Unidas», dijo Stefanik al aceptar su cargo. Stefanik se sumergió en el mundo político y de las políticas públicas después de graduarse en Harvard en 2006, y trabajó en la Administración del expresidente George W. Bush . Luego apoyó la candidatura presidencial republicana en 2012, desempeñando un papel destacado en la preparación del entonces candidato presidencial republicano, el representante Paul Ryan (republicano por Wisconsin). En 2014 fue elegida miembro de la Cámara de los Representantes, siendo con 30 años la mujer más joven elegida para el Congreso (una distinción luego superada por la representante Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata por Nueva York). Durante la primera campaña de Donald Trump para presidente de Estados Unidos en 2016, Stefanik evitó hacer campaña por él. Se negó a decir su nombre y se comprometió únicamente a «apoyar al candidato de mi partido en el otoño». Cuando más tarde ese año se conoció una grabación en la que Trump hacía comentarios ofensivos sobre las mujeres, Stefanik calificó las palabras de Trump de « inapropiadas, ofensivas» y «simplemente incorrectas». También discrepó con su postura sobre la OTAN y los comentarios que Trump hizo sobre una familia de militares con la Estrella Dorada que perdió a su hijo en Irak. Pero en 2020 todo cambió. Apoyó sin contemplaciones a Trump y cuando le preguntaron a Stefanik si consideraría postularse junto a Trump, respondió: «Por supuesto que sería un honor para mí, lo he dicho durante un año, servir en una futura administración de Trump en cualquier capacidad». Durante los últimos meses, se convirtió en una voz muy discordante con las universidades norteamericanas , en especial contra los rectores de Harvard, MIT y la Universidad de Pensilvania para abordar el antisemitismo en los campus. Acaparó los titulares por sus interrogatorios a los rectores universitarios tras los ataques de Hamás del 7 de octubre en Israel. La actuación de Stefanik en la Comisión de Educación y Trabajo de la Cámara de Representantes en una audiencia titulada »Responsabilizar a los líderes universitarios y hacer frente al antisemitismo» fue tan dura y aguda que contribuyó a la dimisión de la rectora de la Universidad de Pensilvania y puso en marcha una campaña de presión que desembocó el las dimisión del rector en la Universidad de Harvard. Desde entonces, Stefanik ha realizado esfuerzos para aumentar su perfil a nivel mundial y nacional. En mayo, se convirtió en la republicana de mayor rango en la Cámara de Representantes que se dirige a la Knesset desde los ataques del 7 de octubre. Stefanik criticó la política de la administración Biden hacia Israel durante el discurso, lo que provocó que la Casa Blanca respondiera a los comentarios de la republicana.