Elon Musk denuncia que la policía británica «ha visitado» a cientos de ciudadanos por sus publicaciones en X

Elon Musk , propietario de la red social X (antes Twitter) y una de las figuras más influyentes del ámbito tecnológico, ha vuelto a generar controversia, esta vez con una contundente crítica hacia el gobierno británico. Musk, conocido por su postura en defensa de la libertad de expresión, compartió un mensaje en su plataforma que ha encendido el debate tanto en Reino Unido como a nivel internacional. El empresario reposteó un mensaje publicado originalmente por la cuenta «Inevitable West», una página que se describe como «defensora de los valores y la cultura occidental», con mensajes en favor de la «herencia cultural, la unidad y el cristianismo». El contenido del mensaje alertaba de que «cientos de ciudadanos británicos, incluidos periodistas, han informado que la policía los visitó este fin de semana por sus publicaciones en X». Musk no sólo compartió el mensaje, sino que agregó su propio comentario, calificando la situación de «crazy» (loca) y remató con una frase contundente: «Hagamos que Orwell vuelva a ser ficción», en referencia al clásico «1984» de George Orwell, una novela que retrata un régimen totalitario donde las libertades de pensamiento y de expresión están estrictamente controladas. El mensaje de Musk se enmarca en el reciente caso de Allison Pearson, una columnista del periódico británico The Telegraph, quien reveló que fue visitada por la policía en su hogar el pasado domingo. Pearson explicó que dos agentes llegaron sin previo aviso para informarle que estaba siendo investigada bajo la Sección 17 de la Ley de Orden Público de 1986, una legislación destinada a combatir el odio racial. Sin embargo, lo que más impactó a la periodista no fue sólo la naturaleza de la investigación, sino las restricciones con las que los oficiales manejaron la situación. Según relató Pearson, los policías se negaron a ofrecerle detalles. No le dijeron cuál era la publicación en cuestión, ni le revelaron quién había presentado la denuncia. «¿Cómo puedo defenderme si no sé de qué se me acusa?», exclamó la periodista en una entrevista posterior con GB News. Para Pearson, lo que vivió es una muestra clara de cómo las fuerzas del orden están priorizando lo que ella llamó «crímenes de pensamiento» por encima de delitos más graves como robos, agresiones o incluso crímenes violentos. El incidente, que tuvo lugar en un día tan simbólico para los británicos como el Domingo del Recuerdo, cuando el Reino Unido honra a los caídos en combate, llevó a Pearson a reflexionar sobre el estado de las libertades en su país. Según su relato, les recordó a los policías que jóvenes de su edad habían dado su vida para proteger la libertad de expresión y que su visita representaba una amenaza a esos valores. «Esto no es justicia, es tiranía», afirmó. Este caso ha desatado una oleada de indignación entre figuras públicas y políticas tanto dentro como fuera del Reino Unido. El ex primer ministro Boris Johnson calificó el comportamiento de la policía como «espantoso», mientras que otros líderes conservadores, como Liz Truss y Nigel Farage, denunciaron lo que consideraron una práctica «orwelliana» que amenaza con socavar los fundamentos de la democracia británica. Farage, en particular, criticó el efecto paralizante que este tipo de investigaciones tiene sobre las personas comunes, quienes temen expresar sus opiniones en redes sociales por miedo a represalias legales o sociales. La intervención de Musk ha amplificado el caso a nivel internacional. El empresario, que ha sido nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental en la próxima administración del estadounidense Donald Trump, no sólo expresó su indignación por el caso de Pearson, sino que también destacó lo que considera una tendencia peligrosa en el Reino Unido. «Esto tiene que detenerse», escribió Musk en su plataforma. Sin embargo, de momento no hay pruebas de que otras personas hayan recibido la visita de la policía, salvo por Person, que mencionó que ha recibido mensajes de otras personas que han sido objeto de investigaciones similares por publicaciones en redes sociales, muchas veces sin saber exactamente qué desencadenó las acusaciones. La Ley de Orden Público de 1986, bajo la cual se está investigando a la periodista, nació en respuesta a casos trágicos como el asesinato de Stephen Lawrence, un joven víctima de un ataque racista en los años 90. Sin embargo, críticos como Pearson y otros comentaristas señalan que el propósito original de estas leyes se ha distorsionado, y ahora se están utilizando para controlar el discurso público en lugar de proteger a las víctimas de crímenes reales.