Una hora, ese es el tiempo que dio Israel al personal del hospital Al Shifa para evacuar el centro médico de referencia de la Franja de Gaza. Después de 72 horas de cerco total y del asalto al complejo en búsqueda de los túneles de los terroristas de Hamás , los militares lanzaron su ultimátum por altavoces, según informaron fuentes médicas a la agencia AFP. El director de los hospitales de Gaza, Mohammed Zaqout, confirmó que los soldados obligaron a vaciar el centro «a punta de pistola» y que 450 pacientes tuvieron que salir, dejando atrás a unos 120 que no tenían capacidad de caminar, incluidos decenas de recién nacidos. Esos 120 esperan una evacuación milagrosa por parte de la ONU o del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), que no se produjo durante la jornada. Lo que médicos y periodistas describieron como «evacuación a la fuerza», el Ejército lo calificó de «respuesta» a la solicitud del director de Al Shifa para permitir a quienes se refugiaban en el centro médico y deseaban evacuar salir a través de «un eje seguro» . Los militares indicaron además que entregaron 2.300 kilogramos de alimentos y 6.000 litros de agua a un recinto que está semidesierto. Noticia Relacionada estandar Si Israel lanza una nueva fase de la guerra en Gaza ajeno a la presión internacional Mikel Ayestaran El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, viajó a Israel, visitó algunos de los lugares atacados por Hamás el 7 de octubre e instó a los israelíes a «no dejarse consumir por el odio» Casos críticos Consultado sobre la situación por el canal Al Jazeera, Mohammed Abu Salmiya, el director del hospital Al Shifa, confirmó la evacuación y dijo que se había quedado acompañado de un pequeño grupo de médicos y enfermeras al cuidado de los casos críticos, «que morirán de forma inmediata si no se les puede evacuar». Israel logra un objetivo que pedía desde tiempo atrás, ya que sitúa en los sótanos de Al Shifa el cuartel general de Hamás y llevaba días solicitando su evacuación. El complejo del hospital y todo el barrio próximo pronto se convertirán en una enorme zona de excavación con el objetivo de encontrar esos supuestos túneles en los que se refugian los islamistas, según las informaciones transmitidas por los servicios de Inteligencia judíos y estadounidenses. De momento, lo único que ha mostrado el Ejército es la supuesta entrada a un túnel, cubierta de escombros, y algunas armas que aseguran pertenecían a Hamás. Los soldados también se habrían llevado más de cien cuerpos de la fosa común cavada a las puertas del centro, según Ismael Al Thawabta, de la oficina de comunicación del Gobierno gazatí. El ministro de Asuntos Exteriores en Ramala emitió un comunicado sobre esta evacuación, en el que señaló que «las acciones de Israel representan otra faceta espantosa de los crímenes de limpieza étnica y genocidio» contra los palestinos. En la Ciudad de Gaza no quedan apenas periodistas para contar lo que sucede. A esto se le suma el apagón en las telecomunicaciones de los últimos días, solucionado parcialmente tras la entrada de combustible para la compañía Paltel. También la ONU informó de la llegada de los dos primeros camiones con combustible anunciados por Israel la víspera para que pueda retomar su trabajo de reparto de ayuda. Los evacuados del hospital Al Shifa salieron a pie, de uno en uno y con banderas blancas. Comenzaron a caminar a primera hora de la mañana en dirección a la carretera de Saladino, donde Israel abre cada día una ventana para el éxodo de civiles del norte de la Franja. Se dirigen a una parte de la Franja no exenta de bombardeos , ya que Israel expande sus operaciones al sureste y también ha pedido a los civiles que vacíen esa zona lo antes posible. Jan Younis fue escenario de duros ataques que dejaron al menos 28 muertos. En el sur de la Franja se hacinan más de 1,7 millones de desplazados y se han levantado campos improvisados, ahora convertidos en lodazales tras la llegada de las primeras lluvias. Desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA), alertaron un día más de la falta de agua y comida y del riesgo inminente de hambruna. En el norte de la Franja no quedan hospitales operativos e Israel ataca a diario escuelas de UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos. El último centro atacado fue el de Al Fakhoora, en el campo de refugiados de Yabalia, y dejó decenas de fallecidos, 50 según la cifra ofrecida por responsables de Salud a la agencia AFP. Cada vez resulta más complicado el recuento de víctimas debido a que los grandes hospitales han quedado inoperativos. Los israelíes han matado a 101 trabajadores del organismo internacional y han atacado 70 de sus edificios, todos ellos perfectamente señalizados y la mayoría usados como refugio para miles de familias. UNRWA ha declarado que es incapaz de brindar protección. Los evacuados del hospital Al Shifa salieron a pie, de uno en uno y con banderas blancas Vidas civiles Israel justifica el bombardeo de centros médicos y colegios diciendo que Hamás los emplea para esconderse entre los civiles. Los islamistas lo niegan y quienes pagan son los civiles, atrapados en el fuego cruzado y sin opción de salida. El Ejército emplea un uso total de su fuerza para vaciar el norte de la Franja y golpea en los últimos lugares donde la población se resiste a abandonar su tierra. Por ejemplo, el Ejército israelí bombardeó ayer la escuela de Al Fajura, situada en el norte de la Franja, y una de las instalaciones de la UNRWA. Quedan miles de gazatíes en el norte, donde los bombardeos son más intensos. El Ejército se dirigió a los residentes de barrios del este de la Ciudad de Gaza como Tel el-Hawa, Sabra, Zeitoun, Shejaiya y Tuffah, y les dijo que se fueran porque «es peligroso quedarse ». La operación terrestre avanza con rapidez, ajena a las llamadas al alto el fuego que llegan desde el exterior, y el discurso se radicaliza en Israel, donde, hasta una diputada considerada de centro como Debbie Biton, del opositor Yesh Atid, declaró a la radiopública israelí que «todos en Gaza son terroristas. Dejemos que el Ejército haga su trabajo».