A mes y medio del congreso extraordinario, Merz lleva la delantera en los sondeos. Según la última encuesta Deutschlandtrend, publicada por la televisión pública ARD, el 35% de los alemanes cree que es el mejor candidato para la CDU. El 24% de los encuestados se decanta por Laschet y solo el 12% por Röttgen. Si estos dos últimos fusionasen sus candidaturas y esta encuesta no fuese demasiado desencaminada, podrían todavía hacer competencia a Merz. Sólo el 13% opina que no debería ser ninguno de esos tres candidatos, por lo que las posibilidades para cualquiera otro de los inscritos parecen mínimas.
Esta encuesta, realizada los pasados lunes y martes a 1.002 personas, desglosa además las respuestas y acota las preferencias de los votantes de la CDU. En el bloque específico, tanto Merz como Laschet tienen algo más de aprobación: el 40% considera a Merz el líder del partido correcto, el 32% prefiere a Laschet y Norbert Röttgen obtiene 13%. Sin embargo, Friedrich Merz es mucho más popular que entre los partidarios del liberal FDP y de la extrema derecha AfD, lo que significa que en unas elecciones generales, tendría más potencial de recuperación de voto perdido. Siete de cada diez partidarios del FDP (69%) se muestran de hecho dispuestos a votar a Merz en las generales. El 60% entre los partidarios de AfD.
Trasladar estos sondeos a la realidad electoral, sin embargo, no va a resultar nada fácil. Para empezar el coronavirus ha entrado en la realidad social y política de Alemania como elemento inesperado y en su gestión están implicados varios cargos gubernamentales que podrían tener que dar cuenta en las urnas. Y además, la situación humanitaria de los refugiados atrapados entre Grecia y Turquía ha devuelto el asunto a la campaña, como elemento que parecía superado y cuyo efecto es todavía incalculable. Merz y Röttgern se han lanzado a defender el cierre total de fronteras, mientras Laschet guarda silencio. Los recientes ataques xenófobos y antisemitas han servido de revulsivo entre parte de los votantes conservadores que habían entregado su papeleta o que coqueteaban discretamente con AfD. El 86% de los votantes de la CDU considera hoy que el cordón sanitario establecido por la CDU con respecto a ese partido es correcto y solo el 12% estaría dispuesto a aceptar una colaboración política, de lo que se deduce que los acercamientos estratégicos que pueda hacer Merz a los planteamientos de AfD tienen que ser muy medidos. El 54% de los votantes de la CDU consideran, por cierto, que el cordón sanitario respecto al partido radical Die Linke (La izquierda) es correcto, mientras que el 38% piensa que no está bien colaborar con este partido, surgido de una escisión radical del Partido Socialdemócrata (SPD) y de antiguos miembros del Partido Comunista de la RDA que pasaron a esta formación tras la caída del Muro de Berlín sin por ello renunciar a sus antiguos postulados comunistas.
A la espera de ue la CDU designe presidente y candidato electoral, en todo caso, sus posibilidades se han visto claramente debilitadas por la crisis de liderazgo. Según el «Politbarometer» de la ZDF, publicado esta mañana y con 1.276 entrevistas realizadas entre el mares y el jueves, si las elecciones fuesen este domingo solo el 26% de los votantes confiaría en el partido conservador, 1% menos que en febrero, mientras que Los Verdes obtendían el 23%, el SPD el 16% y AfD el 14%. El último partido sería Die Linke con el 8%. La única posibilidad de formar gobierno sería una coalición entre la CDU y Los Verdes, como la que ensaya ya en Viena el popular Sebastian Kurz y que está llevando con impensable entendimiento cuestiones como la gestión de refugiados en la frontera griega o las políticas contra el cambio climático.