Así lo anunció este jueves la comisaria europea de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, junto al ministro de Migración griego, Notis Mitarakis, durante una visita a Atenas. Johansson aclaró que se trata de un programa temporal financiado por la Comisión Europea para ayudar a descongestionar las superpobladas islas del Egeo.
El programa dará sólo un mes a las personas acogidas (y llegadas antes del 1 de enero) para presentarse voluntarias y será gestionado junto a la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y Frontex, informa Efe.
Mitarakis destacó que se trata de un esfuerzo añadido a los 10.000 traslados que el Gobierno ha prometido realizar a Grecia continental durante el primer trimestre de 2020.
Según la OIM, 49.505 personas se han acogido a su programa de retorno voluntario asistido y reintegración desde 2010 hasta el término del año pasado.
Estaba previsto que a esta visita acudiera también la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, pero su presencia se ha pospuesto para poder centrarse en la coordinación de la lucha europea contra el coronavirus.
Uno de los principales objetivos era que las autoridades europeas se hicieran una idea sobre la situación de los alrededor de 5.000 refugiados menores no acompañados que hay en los campos griegos.
Esta semana,
Alemania anunció que estaría dispuesta a acoger junto a otros países europeos a entre 1.000 y 1.500 niños. «Es muy urgente encontrar una solución porque la infancia y la adolescencia sólo se viven una vez», destacó la comisaria.
Un total de siete países de la Unión Europea se han comprometido a aceptar a 1.600 niños y adolescentes no acompañados que se encuentran en campamentos de refugiados en Grecia, según ha anunciado Johansson. Fuentes comunitarias han indicado a Europa Press que los países que acogerán a los menores no acompañados serán Alemania, Portugal, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Croacia y Finlandia. En lo que se refiere a la cantidad de menores migrantes que acogerá cada país, la cifra está aún por acordar.
Johansson se reunió también con el primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, quien hizo hincapié en que se debe comprender a nivel internacional que la situación no es un problema migratorio sino de «seguridad nacional».
«Gente oprimida como peones»
Mitsotakis añadió que tanto Grecia como Europea se enfrentan a una amenaza asimétrica en sus fronteras terrestres y marítimas con Turquía «utilizando a gente oprimida como peones».
La comisaria explicó también que espera que un nuevo marco regulatorio del asilo sustituya al fracasado reglamento de Dublín después de Semana Santa.
Según Johansson, la Comisión está trabajando para encontrar un acuerdo entre los diferentes Estados, especialmente después de que a finales de febrero el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decidiera abrir las fronteras a los millones de migrantes y refugiados que viven en su país.
A todo el mundo no le gustará el nuevo marco, «pero lo aceptarán», aseguró la comisaria.