La UE pide a Erdogan que frene la ola migratoria en la frontera

La Unión Europea sigue condicionando cualquier apoyo económico o político a Turquía a que detenga de forma efectiva el flujo de personas que intentan atravesar la frontera griega. La visita ayer a Bruselas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, podría entenderse como un acontecimiento amistoso, al que se le dio una relevancia extraordinaria desde el punto de vista protocolario, pero en realidad fue un nuevo escenario de este pulso en el que han quedado atrapados miles de personas que se afanan por entrar en Europa. Antes de reunirse con Erdogan, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, compareció ante los periodistas para hacer un balance de sus primeros cien días en el cargo, y acabó dando a entender que las instituciones europeas tampoco podrán resistir indefinidamente la presión política que supone esa dramática situación en la alambrada de la frontera.

Erdogan llegó a Bruselas con la idea de pedir a la UE y a la OTAN más apoyo frente a Rusia en la guerra de Siria y por ello insistió en centrar en ese conflicto el punto de interés. «La crisis derivada de Siria, con sus aspectos humanitarios y de seguridad, amenaza a nuestra región e incluso a toda Europa y ningún país europeo puede permitirse el lujo de permanecer indiferente», dijo Erdogan al llegar a la OTAN. «Nosotros esperamos un apoyo concreto de todos nuestros aliados en la lucha que Turquía ha estado llevando a cabo sola».

Pero ni en la Alianza Atlántica hay planes para una mayor implicación en este conflicto ni en la Unión Europea ignoran que la inmensa mayoría de los que se hacinan ante la frontera griega no son sirios, sino gentes que huyen de otros lugares, sobre todo de Afganistán o incluso del Magreb, que intentan labrarse un mejor futuro en Europa.

En estos momentos, Turquía alberga a casi cuatro millones de refugiados, entre ellos muchos sirios que han encontrado una manera de integrarse en el país. En 2016, la UE acordó con Erdogan que correría con los gastos de esas asistencia humanitaria, pero también le prometió que los turcos podrían viajar a Europa sin visado, algo que no ha podido cumplir todavía.

Además de la reunión de Von der Leyen y el presidente del Consejo Charles Michel con Erdogán, el alto representante, Josep Borrell, mantuvo otro encuentro separado con el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, un despliegue poco frecuente en Bruselas.