Ursula von der Leyen, en la frontera de este país con Turquía
, ante la que se agolpan miles de refugiados, constituyen la más rotunda declaración sobre la nueva política que quiere seguir la Comisión Europea con un problema que en 2015 causó un daño colosal a las estructuras comunitarias. Esta política amenaza con causar otro tipo de problemas, porque ahora ha levantado la protesta de los que apoyan la acogida a los refugiados y los emigrantes y que consideran inaceptable que Grecia haya suspendido la tramitación de cualquier solicitud de asilo.
Este martes se trataba sobre todo de enviar un mensaje a Turquía. Von der Leyen desafió a aquellos que «intentan poner a prueba la unidad de Europa» con un gesto firme en apoyo de Grecia como país más afectado por la llegada masiva de refugiados y emigrantes que han sido alentados por Turquía a intentar atravesar la frontera. En un acto en el paso fronterizo de Kastaniés junto a los presidentes del Parlamento y del Consejo, Von der Leyen dijo que «Turquía no es un enemigo», pero que «los que intentan poner a prueba la unidad de los europeos se equivocan. Mantendremos firme la línea y la unidad prevalecerá. Actuaremos con la cabeza fría y según nuestros valores. Ni Turquía es enemigo ni las personas se pueden usar como medios para un fin».
El primer fin que quiere obtener Turquía no es inundar a la UE de refugiados sino presionar para conseguir que Bruselas se ponga de su lado y en contra de Rusia, que es en estos momentos la potencia dominante en la región. Rusia quiere acabar cuanto antes con la guerra de Siria y extender a todo el país el control del régimen de Damasco, pero Turquía intenta mantener una franja de territorio sirio bajo ocupación, para controlar desde allí los movimientos de los kurdos, para lo que sigue apoyando a los opositores a Bashar al Assad.
Junto a la presidenta de la Comisión, el del Consejo, Charles Michel, y el del Parlamento, David Sassoli, viajaron también a Grecia para significar su apoyo al Gobierno griego que preside el conservador Kiriakos Mitsotakis, también presente en el acto. La presidenta de la Comisión anunció que ha desbloqueado un paquete de 700 millones de euros para ayudar al las autoridades helenas, mientras que la agencia europea de control de fronteras Frontex va a desplazar a la zona equipos de refuerzo que incluyen un buque costero, seis patrulleras, dos helicópteros, un avión de vigilancia y tres vehículos con sistemas de termovisión que se sumarán a los 530 guardias de Frontex que ya se encuentran sobre el terreno.
La Comisión ha puesto en marcha también todo el sistema de protección civil para proporcionar tiendas de campaña y otros materiales a este país. «Nuestro principal interés es que se mantenga el orden en la frontera griega, que también es la frontera exterior europea» dijo la presidenta de la Comisión que se comprometió a «aportar todo el apoyo operativo disponible» a las autoridades de Atenas.
Mitsotakis ha acusado a Turquía de utilizar a los refugiados como «instrumentos en un juego geopolítico» y ha prometido que «Europa no será chantajeada» con ellos. Es posible que a la postre Bruselas acabe poniéndose del lado de Turquía, pero no puede hacerlo bajo este tipo de presión. Mientras esto sucedía en la frontera de Kastaniés, ayer estaba en Ankara precisamente el Alto Representante, Josep Borrell.
Antes de que se sustancia cualquier gestión en el sentido que quiere Turquía, la UE puede tener que afrontar otro tipo de críticas. De momento la Comisión ha decidio tomarse su tiempo para analizar si se corresponde con la legalidad europea la decisión de Grecia de suspender el trámite de cualquier solicitud de asilo. Cualquiera que hubiera seguido la actualidad europea la pasada legislatura se habría llevado las manos a la cabeza ante una medida así puesto que por menos se han abierto expedientes a países como Polonia y Hungría.
Mención a los niños
Por ello, el presidente del Parlamento, que representa también a los diputados de los partidos que protestan contra esta situación, quiso hacer una mención específica a los niños, para que no se deduzca que está de acuerdo con todo lo que ayer elogiaban los demás representantes europeos.
«Necesitamos comprometernos con los miles de menores no acompañados que llegan a las costas de Europa. Necesitamos urgentemente una estrategia para protegerlos a ellos y su futuro. Los gobiernos europeos tienen que mostrar mucha más generosidad y solidaridad con los menores que necesitan nuestra ayuda desesperadamente» dijo Sassoli que volvió a pedir «una solución para la redistribución justa de los inmigrantes. Esta es la única forma de estar a la altura de nuestros valores y hacer de Europa un líder mundial en la defensa de los derechos humanos».