«Entendí claramente de los más altos niveles de gobierno de Malasia que en principio pensaban que se trataba de un asesinato-suicidio por parte del piloto», aseguró Abbott en un extracto del documental de la cadena Sky News «El MH370: The Untold Story».
Sin dar nombres, Abbott evitó aclarar si su entonces homólogo malasio, Najib Razak, fue el que mantenía esta hipótesis pero remarcó que considera que las autoridades del país asiático no tenían la intención de encubrir el presunto crimen.
Considerado como uno de los mayores misterios de la aviación, el vuelo MH370 de Malaysia Airlines desapareció tras salir de Kuala Lumpur en dirección a Pekín, lo que dio inicio a una basta operación de búsqueda en el sur del océano Índico que no logró encontrar el fuselaje principal tras rastrear 232.000 kilómetros cuadrados de lecho marino.
La investigación oficial que se cerró en julio de 2018 estableció que el avión cambió de rumbo de forma manual –no de forma mecánica o con el piloto automático– después de que se apagara manualmente el sistema de comunicaciones, aunque sin pruebas que permitieran saber el por qué.
En la investigación las autoridades consideraron la posibilidad de que se tratara de un acto terrorista o un suicido por parte de un pasajero o un miembro de la tripulación, pero no encontraron ninguna prueba al respecto.
Esta segunda opción es la que defendió el expiloto e investigador canadiense, Larry Vance, que en 2016 concluyó que el avión fue estrellado deliberadamente por el piloto Zharie Shah, que en su casa tenía un simulador de vuelo con una ruta parecida a la realizada por el aparato.
Las pruebas disponibles son hasta el momento las 27 piezas que se han recuperado en playas de Reunión, Mozambique, Mauricio, Sudáfrica y la isla Pemba (Zanzíbar).
Los expertos confirmaron que tres fragmentos de ala encontrados en Reunión, Mauricio y Pemba pertenecen al avión desaparecido, otras siete piezas –incluidas partes del interior de la cabina– lo son «casi con seguridad» y ocho más lo son «con alta probabilidad».