En unas inesperadas declaraciones al diario popular «Le Parisien» Valls afirma que estaría dispuesto a abandonar sus antiguas esperanzas y proyectos españoles, avanzando esta razón «de fondo»: «Nunca faltaré allí donde puedo ser útil».
Según el antiguo primer ministro francés, que abandonó París tras su rosario de fracasos políticos personales, durante el primer semestre de 2017, para intentar hacer carrera política en Barcelona, habla telefónicamente «de cuando en cuando» con el presidente Macron y algunos miembros de su gobierno. «Tienen toda mi confianza», añade.
Se trata de una familiaridad desconocida, hasta hoy. Durante el segundo semestre de 2016, Emmanuel Macron y Manuel Valls fueron rivales a cara de perro: ambos eran candidatos a la presidencia francesa. Durante el primer semestre de 2017: los socialistas franceses no quisieron a Valls como candidato a la presidencia; y Macron no le ofreció ningún cargo de ningún tipo. Su relación sentimental con una diputada «macroniana» tampoco tuvo futuro.
Durante el segundo semestre de 2017, Valls inició un «cambio de vida» que culminó con su tercer matrimonio con una afortunada divorciada catalana, tras un tórrido verano en varias playas mediterráneas. Era el inicio de una nueva carrera política, municipal, en Barcelona.
Ante el estancamiento aparente de su carrera política, en Barcelona, alejado del PP, alejado de Ciudadanos y del PSC, sin que sus «consejos» consigan ninguna audiencia, en Madrid, Valls, vuelve a sugerir que «está dispuesto» a volver a París «si alguien lo necesita». Veremos.