Estimular el sistema inmune frente a la infección del virus del papiloma humano

El Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV del inglés human papillomavirus) es la infección de trasmisión sexual (ITS) más común en nuestros días. Suele presentarse principalmente entre los 14-25 años.

Esta ITS está causada por virus de ADN de la familia de los Papillomaviridae. Tienen ADN bicatenario circular. Son virus desnudos, no poseen envoltura, la cápside es de simetría icosaédrica y tienen un diámetro aproximado de 52-55 nm.

En la familia Papillomaviridae encontramos 16 géneros, de los que 5 infectan a los humanos. Estos 5 géneros albergan unos 200 genotipos del virus conocidos como «virus del papiloma humano».

De los 200 genotipos del VPH identificados, 30 tipos son causantes de infecciones anogenitales.

Los genotipos de VPH se clasifican como de alto y de bajo riesgo según su potencial de malignidad. Varios estudios consideran carcinogénicos o de alto riesgo a los tipos VPH 16-18-31-33-35-39-45-51-52-56-58-59-67-68-73-82; probablemente carcinogénicos o de riesgo medio a los tipos VPH 26-53 y 66. Los tipos de VPH considerados de bajo riesgo o no carcinogénicos son VPH 6-11-40-42-43-44-54-55-57-61-62-64-69-70-71-72-81-83-84 y CP6108.

El VPH se contagia fácilmente por contacto piel a piel durante las relaciones sexuales con una persona infectada.  El contagio se produce cuando la vulva, vagina, cuello uterino, pene o el ano entra en contacto con los genitales o la boca y la garganta de otra persona. El VPH puede propagarse incluso sin que haya eyaculación y sin que exista penetración.

El VPH está muy extendido, pero la mayoría de las veces el sistema inmune es capaz de controlar la infección en un periodo entre 6-24 meses y en muchos casos cursa sin causar síntomas. Sin embargo, tanto la prevalencia como la edad temprana de infección convierten esta enfermedad en un problema de salud pública a nivel mundial.

La enorme propagación de esta enfermedad puede deberse a sistemas sanitarios deficientes, falta de información sexual adecuada entre los adolescentes, lo que ayuda a una falta de prevención a la hora de mantener relaciones sexuales y que conlleva a la expansión de la infección.

Muchas veces el hecho de que los adolescentes no acudan al sistema sanitario al notar los síntomas, o que la infección curse asintomática impide un diagnóstico precoz, que puede hacer que, la infección de VPH de alto riesgo derive en cáncer cérvicouterino, en el caso de las mujeres, cánceres genitales en los varones y en tumores de garganta (afectan más a hombres que a mujeres) o en verrugas genitales, más comunes, y benignas y que padecen ambos sexos.

Una de las principales líneas de actuación frente al virus es la prevención. Es aquí donde actúan las vacunas, ya que el preservativo no protege totalmente de esta ITS y las barreras de latex bucales no están muy extendidas a la hora de practicar el sexo oral.

Otra línea de actuación, tanto en casos de prevención, como cuando ya se ha producido la infección es reforzar el sistema inmune, ya que en más del 85% de los casos el propio sistema inmune del individuo es capaz de acabar o de neutralizar el virus, por lo que la estimulación y modulación de las defensas naturales puede resultar un método altamente efectivo en la lucha contra la enfermedad.

En el contexto del VPH, se puede abordar como una estrategia terapéutica altamente efectiva a fin de regenerar y estimular el sistema inmunológico del enfermo para que sean las propias defensas del paciente las que ataquen y destruyan el virus.

Como decía Hipócrates de Cos, considerado el padre de la medicina moderna «Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades».

Trabajando en este sentido y tras largos años de investigación y desarrollo ha nacido Papiloxyl, un complemento alimenticio de última generación cuyos componentes nutricionales lo convierten en un coadyugante y modulador del sistema inmunológico, que además proporciona protección a las células frente al daño oxidativo.

Está enriquecido con nutrientes naturales reconocidos tradicionalmente por sus beneficios en Europa y Oriente como los hongos orientales Reishi y Shiitake (Ganoderma lucidum y Lentinula edodes), lactobacillus como Lactibacillus Gasseri y Lactibacillus Rhamosus y Lactoferrina. Todo ello ayuda al mantenimiento y protección de las mucosas y la piel, primera barrera natural en la lucha contra la infección. Asimismo, sus beneficiosas propiedades para el correcto funcionamiento del sistema inmune, el sistema nervioso, la función cognitiva y psicológica son avaladas por las autoridades sanitarias y la bibliografía científica. Cumple las declaraciones saludables reconocidas (CE) nª 432/2012 de La Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (European Food Safety Authority – EFSA)

Los estudios realizados han demostrado que estos productos naturales pueden reforzar el sistema inmune, así el Reishi es el hongo con mayor tradición de uso medicinal. Es fuente de polisacáridos y terpenos biológicamente activos que tienen propiedades terapeuticas. En diversos estudios se ha comprobado que estos polisacáridos aumentan la proliferación de linfocitos T y B y que poseen actividad inmunoestimulante.

Algunos estudios han concluido que el consumo regular de Shiitake mejora la inmunidad, al producir una mayor proliferación y activación celular y una mayor producción de sIgA, que se une a los antígenos patógenos e impide que se instalen en las mucosas. Se ha observado igualmente que reducen la inflamación y parece que inhiben la formación de la capside del virus.

Con respecto a los lactobacillus los estudios indican que inhiben la proliferación de varios tipos de células cancerosas, así por ejemplo L. gasseri tiene efectos inhibitorios sobre la viabilidad de las células de cáncer cervical a través de la regulación de los oncogenes del VPH y los genes relacionados con el ciclo celular.

Los lactobacillus se consideran unos de los microorganismos más importantes para regular el sistema inmunitario, reducir la inflamación, acidificar el medio y mejorar la disbiosis vaginal e intestinal. Son capaces de formar una barrera que protege a las mucosas e impiden la penetración y proliferación de la infección a otras zonas.

La lactoferrina o lactotransferrina, es una proteína globular presente en la leche materna que ayuda en la defensa contra microorganismos. Aporta hierro a los glóbulos rojos, por lo que es muy útil en el tratamiento de estados de deficiencia de hierro y anemia.

Ante estos hechos, parece lógico pensar que además de potenciar la educación sexual en los adolescentes, los métodos preventivos como el preservativo, las barreras bucales de latex y las vacunas, es recomendable fomentar y fortalecer el sistema inmune y la protección de las células de las mucosas y la piel para luchar contra la infección, sin olvidar seguir las pautas terapéuticas que nos indique nuestro facultativo médico.